El departamento de Amazonas, hoy región Amazonas, es uno de los más ricos en cultura viva, paisajes y cuna de una de las culturas precolombinas más enigmáticas y avanzadas en arquitectura de Perú, la cultura Chachapoya.
Recorrerlo en bicicleta de montaña es un reto y a la vez una alegría para quien se aventure por estos parajes agrestes, salvajes e indomables. La recompenza es grande en cada población rivereña o de alta montaña, en donde su gente es amable y se desvive por atender al foráneo con sus mejores comidas, costumbres, y sobre todo con sus corazones abiertos.
Ruta Chachapoyas, en rojo se indica nuestra ruta
La ruta que a continuación presentamos se inició en el poblado de Pedro Ruiz, cuce para Tarapoto. De ahí partimos por una carretera asfaltada que nos lleva paralelos al cauce del río Uctubamba, quien nos acompaña con sus riscos empinados y sus bosquecillos de san pedro y otros cactus. Se pasa por los poblados de Cocahuaico, desde donde se va a la catarata de Gocta, la tercera más alta del mundo, luego se pasa por caclic, en donde podemos encontrar La Pitaya, pedroglifos de la era arcaica en donde hay dibujos sorprendentes de reptiles gigantes en manadas, entre otros.
Poniendo a punto las bicis antes de iniciar
Amanecer en Pedro Ruiz
La mañana se pone clara
Alojamiento con toques Chachapoya en Pedro Ruiz
Entrada a la catarata de Gocta
Los farayones nos saludan y se besan
El camino se pone interesante con este semitunel de piedra
Los ciclistas maniobran en una curva peligrosa
Entra, entra
Vista a la pista, desde los petroglifos de la Pitaya en Caclic
Petroglifos de la Pitaya
Observando el pasado en la roca
Luego nuestro viaje continúa hasta llegar al Cruce desde donde tomamos la carretera afirmada hacia El Tingo, pasando por los restos arqueológicos de Macro en las cornizas de una montaña, en su parte media, a la otra banda del río Uctubamba. Llegamos al Tingo, almorzamos un menú que es a base de carne o gallina. Desde aquí subimos al pueblo de La Magdalena, empiezan acá unas rampas muy fuertes, que hacen flaquear hasta al más recio, rampas desde el 6% hasta el 23 %.
Llegando al Cruce
Carretera y río, dos caminos en común
Río Uctubamba en El Tingo
Llegando al Tingo a Almorzar en el Rest. Kuelap
Un merecido almuerzo para retomar fuerza
Puente colonial en El Tingo sobre el río Uctubamba
Casa típica de madera en La Magdalena
Niños de La Magdalena, "de grande quiero ser ciclista" dicen
Flor silvestre que acomapaña nuestra ruta - La Magdalena
Llegamos a La Magdalena y sigue la subida hasta una zona conocida como el alto y de ahí hacia abajo a Condechaca en donde nos espera un puente de piedra construido en el siglo XVII, de ahí es ya todo subida hasta nuestro destino: San Isidro del Mayno, un pueblo ubicado a más de 2800 msnm, un pueblo que cuenta con más de 10 lugares arqueológicos y en donde nos espera el Alcalde Henry Salón, quien nos brinda una atención que demuestra lo amable y desinteresada que es la gente de esta zona.
Dormimos como angelitos.
Camino al Mayno desde la Magdalena, indicación que Levanto está a 20 Km
Puente Condechaca, colonial temprano, sobre la quebrada del mismo nombre.
Subida al Mayno, a estas alturas las fuerzas empìezan a flaquear.
Plaza empedrada de El Mayno, acompañados de su Alcalde Henry Salón.
Video del Pimer día de Ruta
Al siguiente día, nuestro destino es la fortaleza de Kuelap, así que hacemos el camino de regreso hasta el Tingo, desde donde se sube hacia la fortaleza de los Chachapoyas.
Subiendo a "la fila" para bajar a Magdalena
Partimos a las 8:00, y llegamos hasta el Tingo a las 10 de la mañana, de ahí iniciamos la subida, que es, en sus primeros kms muy extenuante. Se pasa por los poblados de Tingo Nuevo, que tiene una plaza muy hermosa con arquitectura que rememora la de sus antepasados, habitantes de las nubes.
La subida es realmente fuerte, hasta los autos sufren.
Pedaleando por el parque empedrado del Nuevo Tingo.
Ups, problemas tC�cnicos, que siempre se solucionan.
De ahí el tramo es muy empinado hasta llegar a Choctamal, a donde se llega después de un pequeño descenso. Nos alimentamos y seguimos hacia arriba. La ruta acá es más llevadera, falso plano, pequeñas rampas de 10% y algunas bajadas leves, antes de llegar a Longuita otra vez el tramo se hace recio y aparecen unas "paredes" de 12% hasta el 25% y de ahí un descenso hasta Longuita. A lo lejos, después de una curva se observa el poblado de María, que es el poblado que más ha desarrollado el tema del albergue para turistas y el hospedaje, queremos almorzar, son las 2:30 de la tarde pero mejor seguimos sin parar para llegar a tiempo a la fortaleza.
Lodge Turístico en Choctamal
Comiendo platanitos con leche condensada, que tal almuerzo
Las flores de amazonas realmente son una atracción aparte, aquí una orquídea azul, conocida como amazona azul.
Puente de Choctamal
Sube para Kuelap, ya estamos en Longuita.
Se empìeza a observar ya cerca la fortaleza arriba de una montaña que parece indomable e inconquistable.
Km 37 hay una fila de carros estacionada en la carretera porque como es fiestas patrias mucha gente vino a este destino turístico y la fila de automóviles llega hasta 1 km antes de la entrada a la fortaleza.
Llegamos a las 4.00 de la tarde, en la explanada en donde se aparcan las unidades móviles venden comida de todos los calibres, desde huevos duros hasta cecina, chorizo, tamales, humitas, sandwichs, choclo y la carta es amplia.
Pedaleando a Kuelap, desde aquí, en la montaña, se ve la fortaleza
Subimos las bicicletas por un camino empedrado de 1 km hasta la fortaleza, el guía nos informa que somos los últimos visitantes, así que lo siente mucho que no nos va a poder guiar, una bendición para nosotros, ya que la fortaleza es "nuestra" a la hora más mágica del día, el atardecer.
Camino empedrado con duendes niños nos llevan a la ciudad en las nubes
Portada de la fortaleza de Kuelap
La visión mágica de esta urbe de piedra aparece detrás de un muro infranqueable de unos 15 a 20 metros, el sol de la tarde cae con sus mejores luces y el torreón, el tintero, las casas circulares y los ojos de tigre de piedra se bañan de este ambiente místico y embriagador, - la vida es leve y transitoria - pienso mientras me apodera un sentimiento de inexistencia del espacio-tiempo.
Vista sobrecogedora de la urbe de piedra
Meditar es fácil en el cielo
Dicen que son serpientes a mi me parecen espermatozoides
Altorelieves en la entrada principal
Portada de la Fortaleza de Kuelap, majestuosa, inolvidable
Cara de hombre en la entrada ritual al templo cónico conocido como el "tintero"
Templo principal que fue un lugar de peregrinaje de antiguas culturas preincaicas
Puesta en valor de casa circular chachapoya
Bienvenidos a mi hogar
Característicos "cocos" en los frontis de las construcciones, son representaciones del ojo de Dios, Dios jaguar.
Tomando un merecido descanso
La vista desde el lado oeste de la ciudadela fortificada es realmente indescriptible (5:20 pm)
Pampa de entrada hacia la fortaleza
Shapra en el camino a la fortaleza
Video de Camino a Kuelap
Al siguiente día temprano descendemos hasta el Tingo nuevamente, y luego a Leimebamba en donde nos espera la familia Farje, una familia de típico abolengo en este pueblo, Aparecen pueblos muy pintorescos en el camino, los más importantes Ubilón, desde donde se sube a la Jalca Grande que cuenta con una joya arquitectónica colonial que es una iglesia de piedra a la usansa Chachapoya, pero esta vez no la vistamos, seguimos de largo hasta que llegamos a Yerbabuena y de ahí hasta Leimebamba, todo el camino es en falso plano con ascensos de entre 12% al 16% de pendiente.
El hermoso río nos acompaña como si fuera nuestro hermano
Al siguiente día, temprano, desayunamos como reyes en la mesa de la familia que nos acoge con gran cariño y nos hacen sentir como si fuéramos sus hijos predilectos. Luego nos movemos al Centro Mallqui que es el museo que se contruy�3 en Leimebamaba para albergar los hallazgos hechos en la Laguna de los Cóndores. Primero hacemos un desvío y vamos a la vaquería de los Farje entre bosques vírgenes y un cementerio de fósiles de todas las formas y tamaños. El camino se hace a pie desde la carretera de penetración a la Petaca, altura de Leimebamba. Llegamos a la vaquería y comezamos a buscar una chulpa que nos refieren está en este bosque, un bosque por demás impenetrable y no caminado desde hace muchísimos años. Observamos fósiles en todas piedras, incrustados huesos, cabezas de aves, troncos, etc. La caminata se hace muy divertida con nuestros acompañantes que son altamente joviales y divertidos.
Camino al Centro Mallqui
La caminata toma parte del camino a la laguna de los cóndores
Vaquería de los Farje - Leymebamba
Mesa de reyes, así da ganas de nunca irse
Flores silvestres muestran sus mejores galas
Camino de herradura hacia la Laguna de los Cóndores - Leymebamba
Los trajes de los duendes están presentes a cada instante
Luego visitamos el "Centro Mallqui", este es un museo "privado" a cargo de una asociación conformada por arqueólogas y vecinos de la localidad. La charla de entrada al museo si me pareció aburrida porque no explicaron nada de lo referente a lo que ahí se encuentra sino más bien pareció un discurso político, pero bueno, nos liberamos del guia y andamos solos con los datos que ya llevamos y que además conseguimos en un viaje anterior que hicimos hasta la Laguna de los Cóndores.
Catedral de piedra de Leymebamba
Los Farje, hermosos física y espiritualmente
Colibrí en el Kenti café
Comiendo un rico pastel y un café en el KentiCafé
Flor en el jardín del KentiCafé
Fósiles que abundan en esta zona
Talla en madera conocido como el "pinchudo" encontrado en Pajatén
Réplica de Zarcófago de Karajía en el Centro Malqui.
Al siguiente día, el retorno otra vez al Tingo y de ahí nuestro destino es la ciudad de Chachapoyas, para lo cual debemos llegar hasta el cruce y de ahí subir por una pista asfaltada 12 km hasta dicha ciudad, capital de la región Amazonas y que desde hace rato es uno de los destinos turísticos favoritos en el norte del Perú.
Encontramos una ciudad identificada totalmente con sus raices y fundación española, el centro es hermoso con sus balcones de madera y sus fachadas blancas, el cielo azul insondable y sus nubes que parecen copos de algodón.
Subiendo a Chachapoyas se aparecen otras bestias.
Mercado de Yerbabuena, venden de todo es extraordinario.
Revash, entrando por Yerbabuena
Mausoleos de Revash, tienen el típico pintado Chachapoya, lástima que están descuidados y hasta han pintado sus nombres algunos visitantes inconcientes.
Viviendo el misticismo de Revash
Nos alberga en su casa la Sra Beldad Tenorio quien vive en frente de uno de los colegios más antiguos del Perú, el San Juan de la Libertad en la Calle Amazonas.
Quedamos en ir al siguiente día al poblado de Huancas que es un pueblo de artesanos y de fundación huanca de hace más de 850 años, en donde estuvo uno de los últimos caciques Huanca que existieron.
Cartel de llegada a la ciudad de Chachapoyas
Inicio de subida empezando del cruce
Vista espectacular de macizo en forma de cabeza de tortuga.
Vista de la fidelísima ciudad de Chachapoyas desde el Cerro Colorado
Santuario de la Virgen Asunta, patrona de la ciudad
Catedral de Chachapoyas remodelada recientemente para devolverle su antigua arquitectura
El camino es en ascenso desde la ciudad de Chachapoyas, con rampas duras pero con la belleza del paisaje, el cansancio no aparece, la llegada a Huancas se presenta extremadamente dura para las piernas, la bike parece que no avanza pero si lo hace, la última rampa es del 18%. El parque es una obra de arte, hay estatuas, bancas de piedra y además el cielo que hace el marco espectacular.
Almorzamos una deliciosa cecina con chorizo de la zona, no hay guarapo (chicha de caña) pero tomamos unas gaseosas, que nos queda.
Hay que beber el agua si uno quiere regresar
Estatuas de piedra en la plaza de Huancas.
Con permiso del Cacique de Huancas
Catedral de Huancas que data del siglo XVIII
Ese es el lema de cualquier ciudad que se respete
Juan Runachawa Cacique de Huancas, estatua en el parque principal
Huancas es un pueblo en donde la alfarería es la actividad predominante.
Cholita cargando su cántaro.
Sentado en el batán de la casa en donde almorzamos.
Km cero de la carretera que une Chachapoyas con Huancas.... La curiosidad inocente del niño es alucinante....
Ciprés en el camino hacia Huancas, el paisaje es muy propio.
Compañera de ruta que no se nos quería separar
Luego subimos al mirador del Cañón del Sonche, que está a 2km del pueblo. La primera visión es alucinante, el cañón es una maravilla natural y además una falla geográfica violenta, se siente lo pequeñitos que somos, no queda ganas de ser orgulloso, en el sentido negativo de la palabra, después de esta visita. Parecemos niños, y los demás compañeros de visita lo notan y se sonríen amablemente.
Mirador en forma de chulpa en el Cañón del Sonche
Cartel que indica la falla geográfica
Sin palabras
Al filo de la navaja.
De aquí de regreso a Chachapoyas, en un decenso raudo.
Vista de Chachapoyas desde la carretera a Huancas
Es así como termina nuestra aventura por las rutas Amazonenses y esperamos regresar en otra oportunidad para visitar más lugares que esta región son incontables y además seguros de que sus pobladores nos esperan con ansias de atendernos con amabilidad y desinteresado cariño.
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